Boletín Informativo N° 10 feb-mar 2024

Uno para todos: cómo es ser un fiscal unipersonal en el Ministerio Público

De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional de Fiscales, en regiones hay 47 fiscales unipersonales que en promedio están cargo de casos en varias localidades cuyos habitantes llegan, en algunos casos, a 30 mil u 80 mil. Pero la carga de trabajo no es la única dificultad, sino que también las largas distancias, el clima, los turnos y la doble función de muchos. Ese es el caso de la fiscal de Porvenir, Primavera y Timaukel, Wendoline Acuña. Esta es su experiencia.

“Lo complejo de Porvenir es su falta de conectividad, la distancia. Por ejemplo, el trayecto que, normalmente hago en transbordador, se demora dependiendo del barco. Si es viejo, son casi cuatro horas en llegar a la isla. Si es moderno, llegas en dos horas y media. En total cinco horas. Los fines de semana había veces que tenía que tomar uno o dos controles a Porvenir por detenidos, y me iba en la mañana y perdía todo el día en ir y volver. Está la alternativa de viaje por tierra, pero es más largo el trayecto, como 5 horas y media. La otra alternativa yo la evito a toda costa es la de la avioneta porque he tenido unas experiencias del terror. El viento terrible. Una avioneta, que es del porte de un auto, en el cielo con las ráfagas de aquí. Los dos últimos viajes decidí no subirme más porque pensé que íbamos a caer al Estrecho de Magallanes, las sacudidas eran terribles… yo sufría y era un miedo terrible”.

Por Andrés López y Francisca Carvajal, Contexto Comunicaciones y Asociación Nacional de Fiscales.

El relato corresponde a la fiscal Wendoline Acuña. Ella es una funcionaria histórica dentro del Ministerio Público. Partió su carrera como abogada asistente en 2003 en Pichilemu y siguió su periplo por varias partes de Chile durante 17 años. Ahora es la fiscal unipersonal que está cargo de Porvenir, Primavera y Timaukel.

“Mi interés siempre había sido ser fiscal y liderar la investigación. Postulé a La Serena, Coquimbo, Iquique, Antofagasta, Puerto Montt y Punta Arenas. Finalmente, el cambio resultó para la Región de Magallanes. El año 2008 llegué a la fiscalía de Puerto Natales, cerca de Las Torres del Paine”, cuenta sobre su camino hasta llegar a su puesto actual. Siempre ha trabajado en localidades y equipos pequeños, algo que al inicio de la Reforma Procesal Penal era normal y esperable por la transición desde el sistema penal antiguo. Sin embargo, la sociedad cambió, la tecnología también, pero la cantidad de fiscales año a año se sigue haciendo insuficiente ante la cantidad de denuncias.

“Al final, estamos todos colapsados con la cantidad (de ingresos) y cada vez ha habido una expansión del Derecho Penal porque todas las cosas las quieren penalizar, todo va para la fiscal, tiene que ser delito, no hay otras instituciones que puedan solucionar los conflictos. Eso nos ha aumentado los ingresos de denuncias y causas, pero seguimos siendo los mismos de siempre, los recursos humanos no han aumentado, pero se ha incrementado la carga laboral”, reflexiona desde una oficina en la ciudad de Punta Arenas.

Esta situación, si bien es compleja, Acuña recalca que no merma sus ganas de ser fiscal. Da cuenta que ama su trabajo, por eso dice que “tengo mucho cariño por lo que hago, mucha vocación y, pesar de todas las dificultades, para mi es gratificante saber los resultados de mi trabajo. Es un aliciente para seguir, pero me gustaría que las condiciones mejoraran”. Un deseo que se repite a lo largo del país en todos los fiscales y funcionarios del Ministerio Público.

Doble función

Ella, al igual que otros 46 persecutores de regiones, está a cargo de una fiscalía unipersonal. Las distancias, la inclemencia del tiempo, los largos turnos, son una constante. Algo que, además, tiene una complejidad adicional: muchos de ellos también realizan funciones en las fiscalías locales de las ciudades, siendo fiscales itinerantes. Así ocurre con la fiscal Acuña.Relata que vive en Punta Arenas y dos veces al mes, por espacio de 4 a 5 días en cada ocasión, se traslada a Porvenir como parte del turno y se queda en la Hostal Yagán: “La Fiscalía de Porvenir es súper moderna, es bonita, es un espacio acogedor. Desde el punto de vista de la infraestructura no tengo nada que decir, es muy cómoda para trabajar. Yo me voy a un hostal como a las 8 y media o nueve. La señora es bien amorosa conmigo. La fiscalía la construyeron hace poco, la inauguramos en el 2018, porque antes estaba en una casa y los espacios eran reducidos, era incómodo y estrechos”.

Las otras dos semanas las cubre su abogado asistente. Pero esos 14 días no significa que no esté en labores, dado que en Punta Arenas tiene turno una semana al mes. Al final son tres semanas de trabajo sin parar con un fin de semana de descanso, porque no se ha logrado instaurar a pesar de varias iniciativas, por falta de personal, los días libres por fin de semana trabajado.

“Cuando iba para Porvenir, antes de la pandemia, era por los juicios orales, casos largos que duraban tres días. Los días restantes se ocupaban para revisar carpetas o algo urgente. En una época que no es de pandemia, estar de turno significa que no puedes desplazarte ni salir a ningún lugar porque si ocurre algo, tienes que estar disponible para constituirte en ese lugar. Por ejemplo, yo el fin de semana no puedo irme a Santiago o a Puerto Montt o un fin de semana de descanso a algún lugar, porque si pasa algo no me puedo devolver. Diría que puedo tener un fin de semana al mes, que no estoy de turno”, señala.

Cuenta que a veces le toca subrogar al fiscal jefe de Punta Arenas y que en la ciudad de la región además está a cargo de indagar los delitos de violencia institucional y sexuales. “El 70% de los ingresos de sexuales los veo yo y el otro 30% lo ve mi colega que es el fiscal jefe. También tengo todos los delitos de violencia institucional tras el estallido social. Las querellas contra Carabineros y la PDI, también las tengo yo. Estoy a cargo de todos los delitos violentos, el 50% lo compartimos con el fiscal jefe”, relata y agrega que en Porvenir ve todo tipo de ilícitos desde los económicos, abigeato, y homicidios, que indica no son muchos, pero que cuando ocurren suscitan gran grado de violencia.

“De los procesos que tengo vigente, entre las dos fiscalías, son 600 causas, que, me parece, es el promedio que tienen los colegas a nivel nacional. Es harto, porque cuando se implementó el proyecto de la Reforma Procesal, el número que se pretendía era que los casos que cada fiscal tuviese eran mucho menos”, plantea.

Población vs dotación

Según cifras y registros obtenidos por la Asociación Nacional de Fiscales, hay casos de fiscalía unipersonales que tiene a cargo comunas en zonas complejas. Por ejemplo, en la Región de Tarapacá el fiscal Hardy Torres tiene que cubrir Pozo Almonte, Pica, Huara, Camiña y Colchane, comunas fronterizas separadas por largas distancias que tiene en total 30 mil habitantes, donde se registran casos de ingreso ilegal, tráfico de drogas o el contrabando de vehículos. Para este trabajo, su apoyo es un abogado asistente.

En O´Higgins, en tanto, Claudio Riobó está a cargo de San Vicente, Coltauco y Pichidegua. En su caso, la población de cobertura en esas comunas llega a 86 mil personas según el censo de 2017. Él también tiene un abogado asistente.

“Acá se ha intentado varias veces (el día libre), pero es imposible porque en Punta Arenas somos pocos fiscales y hay tres salas funcionando diario en garantía, más las dos salas en el tribunal oral. Entonces tienes cinco fiscales que deben estar sí o sí, permanentemente en audiencia y si hay alegatos en la Corte, generalmente lo toma el fiscal. A veces lo delega en algún asistente. Entonces es muy difícil que después de haber estado en turno más o menos pesado, digas ‘no voy a trabajar el lunes’… sería ideal pero no puedes porque el lunes tienes agendado un juicio oral en Punta Arenas o te toca sala de audiencias. Si uno no va a la sala de audiencias queda el descalabro porque no hay quien te remplace”, relata la fiscal Acuña.

-Cuando llegue la vacuna, es de esperar en 2021, todo volverá a ser como antes. ¿Se está viendo mucha acumulación de causas en tribunales?

Creo que cuando esto se normalice, habrá juicios mañana y tarde. No sé qué va a pasar con nosotros porque uno generalmente tiene juicios uno o dos a la semana, pero en una jornada (mañana). Al acumularse, se están fijando y reprogramando juicios para la mañana y la tarde. ¿A qué hora vas a atender la gente que pide hablar contigo? No lo sé ¿A qué hora voy a leer y revisar las carpetas que tengo que investigar? No sé. Eso me angustia un poco. Me faltan horas del día, deberían tener 50 en vez de 24 horas. Tampoco es muy saludable quedarse hasta las 10 de la noche todos los días, entramos a las 8 A.M.

-¿Se debería hacer un análisis sobre la cantidad de funcionarios necesarios a 20 años de la Reforma?

-Sí, creo que un aumento de la dotación, funcionarios y gestores administrativos es necesario. La persecución penal es importante, hay delitos muy graves, y me encantaría tener más tiempo y ver con más detalle. Siempre se quiere hacer bien las cosas y mejor. Me gustaría que hubiese más recurso humano. Así, podríamos tener esa compensación de si estuve de turno toda la semana, podría el lunes no ir a trabajar. Pero ahora no se puede.

-Cuando ve la crítica a los fiscales por su trabajo, a veces cuestionan los avances. ¿Qué opina de todo eso, qué siente?

-Me da mucha pena, impotencia, porque nosotros, todos los fiscales, tenemos mucho cariño por lo que hacemos, harta vocación. A veces me gustaría invitar a esas personas, que hablan sin conocer la realidad, pasen una semana completa con un fiscal para que viera qué sentiría trabajando de una manera tan ardua como lo hacemos acá. Yo pongo mi mayor esfuerzo para que todo salga bien y muchas veces tenemos resultados bastantes favorables en la región, pero al costo que pagamos por eso, familiar y personal, es muy alto. No hay mucho equilibrio. Es por este motivo que me da mucha pena cuando las personas dicen que no hacemos nada o estamos en la casa descansando.

-Justifican esas críticas muchas veces por el sueldo que ganan

-Yo también creo que esa crítica también es un poco cruel, porque el hecho de que tenga un sueldo que no es malo, no da el derecho a desnaturaliza o deshumanizar a un fiscal, porque nosotros no somos robots y también necesitamos un tiempo de ocio y de descanso para estar con la familia.

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